Los textiles antiguos son bellos, delicados y duraderos.
Me niego a desprenderme de ellos, más aun si han pertenecido a alguien querido de mis familiares.
en este caso reemplacé las pantallas de los veladores que con el uso de años se habían oscurecido.
Estas puntillas fueron hechas artesanalmente. Lamentablemente no se por quién, pero las atesoraban mi abuela y mi mamá y eso para mí es suficiente para valorarlas y cuidarlas amorosamente.
Cada verano, desarmo la pantallita de tela, la lavo, la almidono y la vuelvo a colocar.
Queda como nueva
Creo que un hogar es un nido que se esponja con cada detalle que agregamos con delicadeza.