Hace muy poco descubrí el término, LENCERÍA DEL HOGAR .
En la actualidad prácticamente ya no se escucha, pero hace referencia al conjunto de textiles que acompañan nuestra vida cotidiana hogareña.
Lencería del hogar, comprende por definición cualquier prenda de género que pueda ser útil para el hogar.
Ropa de cama y dormitorio:
Sábanas, fundas de almohadas, de piyamas y camisones, de almohadones, acolchados, mantas, pies de cama, alfombras, cortinas, etc.
Textiles de mesa y cocina:
Manteles, servilletas, delantales, trapos de cocina, repasadores, mangas salva-puños, bolsas de guardado de pan de servilletas, fundas para bowls, carpetas, cubre jarras, etc.
Ropa de baño:
Cortina de ducha, toallas, toallones, alfombras, porta rollo, bolsas de artículos de peluquería, etc.
Están confeccionadas por distintos géneros, se caracterizan por los tejidos finos y elegantes provistos de puntillas y encajes, o con lienzos de algodón sencillos que dan practicidad al elemento confeccionado.
En lo personal me encanta confeccionarlas y bordarlas yo misma, emulando aquellos textiles antiguos que se estilaban cuando mi mamá era niña.
Cada estación del año, es una nueva oportunidad para reorganizarlos, limpiarlos y restaurarlos en caso de que haga falta, de manera tal que pueden hacernos la vida más fácil y amena por la belleza de su confección.










